DEMOCRACIA, OLIGARQUÍA Y ECONOMÍA LIBERAL
En América Latina y en el Perú lo que existía era un liberalismo clásico, con economías exportadoras de materias primas, pero que tras el derrumbe de la bolsa, estas economías (incluida la peruana) cayeron en picada, dando inicio a una profunda crisis, debido a la contracción del comercio internacional, lo cual generó un efecto dominó en el todo el mundo.
Ante esta situación, los mercados internos y el proteccionismo comienzan a adquirir una importancia fundamental en oposición al liberalismo, con lo que en América Latina los países comienzan a aplicar políticas de este tinte, encaminadas hacia el populismo. Sin embargo, en el Perú esto no sucede así y, por el contrario, el liberalismo se mantuvo por varias décadas más. En lo personal, considero que este efecto tuvo consecuencias negativas para el Perú por varias razones, entre las cuales destaca el hecho que el país no tuvo un énfasis en su desarrollo industrial, lo que en años posteriores traería como consecuencia procesos y crisis nefastas para la nación.
Ahora bien, ¿Por qué razón el Perú no dejó al liberalismo? En primer lugar, hay que mencionar el tema económico. El Perú era uno de los pocos países que tenía una canasta exportadora sumamente variada, con productos desde el petróleo hasta el algodón, el caucho o los minerales, etc. Esto contribuyó a salvar la exportación ya que se generó una especie de equilibrio (si algo baja de precio, otro producto sube, y viceversa). Así que, cuando las economías mundiales comenzaron a recuperarse, los precios se elevaron, teniendo como gran beneficiado al Perú, sobre todo con sus productos de agro-exportación como el algodón.
Sin embargo, todo este proceso que, aparentemente, salvó la economía nacional y su canasta exportadora, nos condujo a un mercado interno sin mayor desarrollo, que en algunos casos se contrajo, debido a la carencia de ciertas políticas proteccionistas con la pequeña industria nacional (como por ejemplo barreras arancelarias tipo aduaneras).
En segundo lugar, en el plano político, durante el período de la década de los años ’30, hay una pugna por el poder entre la Oligarquía (que no tiene Partido Político) y los llamados reformistas. En dicha pugna, la Oligarquía, apoyada por el Ejército gana, con lo que se conformará un gobierno con mando militar y ministerios en manos de oligarcas. Esta alianza militar-oligárquica, se hizo con el propósito de enfrentar al APRA, teniendo al Mariscal Oscar R. Benavides como presidente de la República. Este período es interesante, ya que a pesar de que existe un gobierno sumamente centralista y represivo, tanto con izquierdas como con derechas, en el carácter económico, las políticas siguen siendo liberales y están, claro está, bajo el control de la Oligarquía.
En un contexto de análisis del proceso, se podría decir que la Oligarquía exportadora, al ver sus intereses en peligro, siguió con una política de simple exportación de materias primas. Si bien nuestro país, como mencioné, tiene una gran variedad de productos, no aprovechó el contexto para desarrollar una industria propia.
La política económica del gobierno de Benavides llevó a la creación de un Banco Central que mantuvo las reglas económicas clásicas del liberalismo sin modificaciones, que funcionaba como una entidad de rescate. Así mismo, existe una libertad de capitales y una repartición de ganancias; todas estas medidas se dieron en un marco de aparente crecimiento pero de escasas políticas públicas que beneficien a las masas rurales que, en esa época, componían el mayor porcentaje poblacional del país.
Todos los procesos de favorecer solo la exportación de materias primas, la libre entrada de capitales, falta de políticas claras, el no saber aprovechar el contexto en el que se vio durante el inicio de la Segunda Guerra Mundial de 1939 (bajo la conducción de Manuel Prado), y el aceptar la petición de los países aliados de fijar los precios de sus exportaciones, conllevó a un rezago de la economía peruana, que a comparación de sus vecinos, como Argentina, se vio muy contraída. Para esta época, la vieja oligarquía ya se venía deteriorando y transformando tras la existencia de una nueva generación de Oligarcas que, a diferencia de la antigua, no era tan liberal y, por el contrario, se mostró interesada en el desarrollo del mercado interno (especial mención a los Prado y sus inversiones en bienes raíces).
El liberalismo económico generó que la economía del capital en el Perú crezca enormemente, sin embargo, solo se beneficiaron unos pocos, originando innumerables problemas sociales en el país, y los consecuentes procesos políticos que vendrían en décadas posteriores, concluyendo con la dictadura velasquista y su populismo llevado a los extremos. Las élites de la, como denominaría Jorge Basadre, “República Aristocrática”, siempre estuvieron de espaldas a los sectores sociales, pues tenían una visión de cercanía a Europa y no a los procesos del Perú. Esta nunca tuvo una ideología marcada, ni un programa establecido, pues sus políticas siempre fueron exclusivas, dependientes del capital extranjero, generalmente, de los Estados Unidos, un mercado abierto, pero nunca pudo articular a las clases sociales de los sectores populares por lo que terminó siendo una élite apartada de la realidad por mucho tiempo.
Hoy, algunos dicen que esa oligarquía ya no existe, yo creo que la oligarquía nunca desapareció, solo se transformó, incluso hoy, asumiendo banderas políticas de una rancia derecha neoliberal con tintes conservadores, pero eso ya será materia de otro ensayo, por ser un tema bastante amplio
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